03 diciembre 2012

...ya he leído: Bulevard dels francesos, de Ferran Torrent

SINOPSIS

Valencia de principio de los sesenta y el momento actual. La vida de los Baixauli está marcada por la muerte del padre, maqui desaparecido tras la guerra civil, y su ideología, son un ejemplo para el mayor de sus hijos, Josep, quien milita en el clandestino Partido Comunista, a pesar de salir con una joven modosa y tradicional a la que no le habla de política para que no se le asuste.
Teresa, hija de una familia burguesa, y Felo, camarero irremediablemente enamorado de una vedet, son dos de sus camaradas que comparten la visión de que el PC está actuando con un guión que no es el que le conviene al país, por lo que buscan acciones más contundentes que demuestren que hay ganas de cambio y dinamizar a la sociedad.
La investigación del asesinato de una rica heredera de la que es testigo un ladrón de guante blanco con mala suerte, tendrá consecuencias directas en la vida de estos jóvenes, ajenos a los problemas con los que se encontrará el comisario Piñol encargado del caso hasta que es apartado por la presión ante la falta de resultados rápidos, pasando al jefe de la Políticosocial, más centrado en cerrar el caso que en solucionarlo.

COMENTARIO
Meritorio trabajo estructural que realiza Ferran Torrent en esta novela de intergéneros novelísticos. Desarrolla unos personajes con un interesante planteamiento en la voz narrativa y una interrelación que estalla en el cruce de una trama político-social y una trama policiaca. A lo mejor, más que trama no se queda más que en argumentos un tanto escénicos que se hilvanan, con unos diálogos muy bien construidos. La cuestión policiaca es bastante previsible en el desarrollo, pero queda claro que el objetivo de Torrent en esta ocasión no es tanto dar con la mejor novela negra sino más bien adentrarnos en los calabozos físicos (los de las comisarias policiales) e ideológicos (el partido comunista) de la España de finales de los 50-inicio de los 60.
La cuestión política y policiaca se conjuga con una narración en primera persona situada en nuestros días (en plena burbuja inmobiliaria de los años 2000, cuando está apunto de empezar a petar), un personaje que se tarda media novela en identificar en relación a la trama del pasado va reflexionando sobre trocitos de su realidad, marcada por los hechos familiares pretéritos y por la visión nihilista y un tanto destroyer de una sociedad en nuestros días que no se sostiene en ningún ideal. Unos seres que se amparan en una solidaridad desesperada de fracasados sin rumbo, sea cual sea su origen y su procedencia.