17 julio 2009

...ya he leído: After Dark, de Haruki Murakami





Sinopsis


Cerca ya de medianoche, Mari, sentada sola a la mesa de un restaurante, se toma un café, fuma y lee. Un joven la interrumpe: es Takahashi, un músico al que ha visto una única vez, en una cita de su hermana Eri, modelo profesional. Ésta, mientras tanto, duerme en su habitación, sumida en un sueño profundo, "demasiado perfecto, demasiado puro". Mari ha perdido el último tren de vuelta a casa y piensa pasarse la noche leyendo en el restaurante; Takahashi se va a ensayar con su grupo, pero promete regresar antes del alba. Mari sufre una segunda interrupción: Kaoru, la encargada de un "hotel por horas", solicita su ayuda. Mari habla chino y una prostituta de esa nacionalidad ha sido brutalmente agredida por un cliente. Dan las doce. En la habitación donde Eri sigue sumida en una dulce inconsciencia, el televisor cobra vida y poco a poco empieza a distinguirse en la pantalla una imagen turbadora: una amplia sala amueblada con una única silla en la que está sentado un hombre vestido de negro. Lo más inquietante es que el televisor no está enchufado...


Comentario

Pues esta novela de Haruki Murakami, que el segunda que leo después de Tokio blues, no me ha gustado tanto desde la pespectiva emocional de la lectura pero me ha interesado desde su construcción novelística, aunque en realidad no creo que se trate de un ejercicio especialmente sobresaliente. El señor Murakami ha escrito sobre algunos personajes que pueblan la noche (más de una vez calificada como "espacio de tinieblas") que, sin saberlo, se cruzan entre ellos. La típica narración del cruce de caminos, esas vidas que se entrecuzan en las calles de las grandes urbes sin que las personas que las experimentan sean conscientes de cómo en un momento dado pueden influir en la vida de los demás. Sinceramente, esta expresión constructiva no me parece demasiado original y que la acción de la narración se situe en la noche japonesa tampoco me parece singular tratándose de Murakami, pero debo de reconocer que no conozco demasiado el funcionamiento de los barrios de ocio de las grandes ciudades niponas y que sí me ha interesado mucho la descripción y explicación del funcionamiento de un love hotel que recrea Murakami en el libro. Además, Kaoru, la encargada del love ho me parece un personaje muy bien trazado, de esos que sí se quedan un tiempo en la memoria de los lectores.
Las referencias musicales (After Dark se origina en la pieza musical Five Spot After Dark de Curtis Fuller) y literarias, en realidad casi todo el escenario referencial es de características muy europeas y norteamericanas. Jean-Luc Godard, por ejemplo, da nombre al love hotel donde se desarrolla gran parte de la historia: Alphaville
Lo mejor de After Dark es que se trata de una novela muy fácil de leer, la lectura és ágil y rápida y eso siempre hay que agradecéserlo a un buen escritor. La narración propone el encuentro algo dispar entre diferentes y diversos personajes, pero se trata de una única trama narrativa. Murakami además plantea algunos elementos desconcertantes durante la lectura, como el uso de las personas verbales. Parece que los lectores (somos más de uno??!!) formamos parte de una de las voces narrativas, la de primera persona del plural: "Captamos esta imagen desde las alturas, a través de los ojos de un ave nocturna que vuela muy alto" o "Nos encontramos en Denny's", no parece que se trate de una forma de impersonalidad sino más bien que formamos parte de una grabación y que ese "nosotros" se encuentra detrás del visor de la cámara por lo que vamos a decidir sobre su enfoque. Esta perspectiva narrativa se alterna con la frecuente óptica de la tercera persona del singular de un narrador testimonio que explica lo que sucede a los personajes que va encontrando a lo largo del relato. El diálogo es otra técnica que utiliza Murakami en la novela, los personajes principales conversan y conversan durante toda la noche e, incluso, para variar el ritmo de las conversaciones el escritor, en un momento muy concreto, se lleva la tipografía a la forma del estilo directo del diálogo teatral dónde destierra los guiones y da paso al nombre del personaje que habla y a los dos puntos.
Pero... Tokio blues era una novela que se quedaba entera en la memoria por la belleza de su escritura y el poder de su narración. Creo que esto no pasará con After Dark, que quiere proponer una análisis algo más hondo del momento sociohistórico en que sitúa la acción. Murakami reflexiona -muy por encima, creo- sobre el problema de las mafias y de la trata de mujeres; sin duda sobre el sistema judicial y el control que este ejerce sobre las personas; también considera la naturaleza de los barrios de ocio; pondera el estilo de trabajo japonés hasta altas horas inimaginables y la falta de vida familiar que este conlleva. Pero estas anotaciones de cierto interés sobre trances que tienen lugar en el mundo se entretejen de forma inquietante en ese ambiente perturbador del personaje durmiente de Eri Asai, que se encuentra en una habitación y se transfigura a través de un monitor televisivo.
Y es que After Dark es, curiosamente y sobretodo, una novela de hermanas. Una novela de relaciones familiares frustradas que se ven concretadas en las existencias dispares y asimétricas de dos hermanas, Eri Asai i Mari. La una necesita dormir y la otra no puede y decide evadirse en la "tiniebla" de la noche.
En mi lectura más íntima y personal, le he dado un significado concreto al momento final de la narración en el Mari se acerca físicamente a su hermana Eri. Después de la consiguiente la lectura sobre la muchacha que duerme y duerme y se ve reflejada en un monitor desconectado y se transfigura o no a la realidad, y sale o no de su habitación... En fin... entiendo que la cultura nipona tiene otra consideración de todo aquello mágico (que, además, tiene la sorprendente capacidad de traspasarse por los cables telemáticos!!) en lo que probablemente yo no me suelo identificar. Pero el encuentro de las hermanas para mí ha sido una imagen válida sobre la vivencia de la enfermedad de los otros; me refiero a cuándo alguien experimenta cómo otra persona se encuentra enferma (y/o postrada) y uno es quién hace compañía. En el libro, tan sólo se trata de un acercamiento entre dos personas que se encontraban distanciadas y seguro que el señor Murakami no pensó en esto que yo anoto cuando redactó su texto, pero bueno... esto es lo bueno de la literatura...

2 comentarios:

  1. Tengo para leer el de 1Q84... A ver cuando me animo.. Porque "Tokio Blues" no me gustó especialmente... El Japón que describe és muy salvaje y tiene un punto de loco que no me va... Pero le daré otra oportunidad.

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  2. Ari y Mari son la misma persona, por eso recalca en varios momentos de la novela que son hermanas con la mitad del nombre igual, porque cada una es una parte de la misma persona. Una es la parte oscura, la que no puede despertar y la otra es la parte positiva (que no puede dormir por eso se pasa las noche en el bar leyendo, porque no puede dormir, aunque como eso no lo dice cuesta darse cuenta). Eso es muy de Murakami: encarnar en varios personajes las diversas personalidades del protagonista.
    Es resumen un libro redondo, con la moraleja clara: encontrarse a uno mismo (o de una manera más comercial:se tú mismo).
    Un abrazo y gracias por compartir la reseña.

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