30 julio 2009

... ya he leído: Joyita, de Patrick Modiano.






Sinopsis
París, años sesenta. Joyita ha crecido sin saber nada de su madre y hace tiempo que nadie la llama por este sobrenombre.


Comentario


Novela breve de Patrick Modiano que reflexiona sobre la importancia de la memoria íntima en nuestras vidas. Conservar los recuerdos dolorosos y saberlos superar dejándolos atrás de la forma más conveniente. Se trata de una novela que pretende ser tierna y, finalmente, algo esperanzadora pero que es sobre todo triste y desconsoladora.
La protagonista ha vivido una de esas infancias desestructuradas y más bien sórdidas y la novela se estructura en cómo esta protagonista va recuperando sus recuerdos después de haber visto en el metro a una mujer que le recuerda a su desaparecida madre. Novela sobre las mentiras de los adultos que se convierten futuras e inmutables realidades en la vida de los niños que los rodean, esas falsas apariencias que condicionan de forma total la vida de los hijos. Pienso que ésta es una de esas obritas (121 páginas que no tardan nada en leerse!! ) que se perciben de forma muy diferente en función de la edad en que se efectúa la lectura.
Si soy totalmente sincera, el tono de la lectura me ha hecho esperar que pasara algo más de lo que sucede al final del relato. No me ha decepcionado, pero me ha dejado más triste de lo que ya iba estando mientras leía. Sí, se visita París mientras se lee, pero ni siquiera eso me parece relevante en el conjunto de la obra. Yo creo que no pasa nada si no se lee esta Joyita (yo la he leído en catalán, bajo el título de La Petita Joia), que es el apodo que recibe la desgraciada niña Thérèse de su madre antes de que ésta desaparezca. Suzanne Cardères, o Sonia O’Dauyé, parece haber muerto en Marruecos después de haber dejado ciertamente abandonada a su hija en París. Sin embargo, esta madre de diferentes nombres y de vida más bien dispersa necesitaba tomar morfina y quedarse algunos días encerrada en su habitación… en fin… las mentiras de los adultos que se convierten en el inevitable dolor de las posteriores vidas de sus hijos. Leer para creer.

28 julio 2009

... ya he leído: La dama de blanco, de Wilkie Collins



Sinopsis
La Dama de blanco es una novela que tiene como ingredientes fundamentales la intriga y el suspense. Laura Fairley vive la pesadilla de unos hechos que amenazan con desquiciar su mente. Su asombroso parecido con la loca y fantasmagórica Anne Catherick –la dama de blanco– es la piedra angular en la que se apoyan las sórdidas maquinaciones de su esposo, Sir Percival, y del amigo de éste, el conde Fosco. Sólo la fraternal solidaridad de su hermanastra Marian y el tenaz y limpio amor que le profesa Walter Hartright serán capaces de destruir la fatalidad que se cierne sobre la vida de Laura.

Comentario
Larga novela de 669 páginas (en edición cartoné de Círculo de Lectores de 1991), hay que leerla, sin duda, con tiempo para disfrutar de ella. Me ha gustado mucho La dama de blanco y pienso que, cuando disponga nuevamente de tiempo y tranquilidad, leeré La Piedra lunar del mismo autor, Wilkie Collins.
Esta larga obra que se plantea como el conjunto de testimonios de una serie de personajes encabezados por Walter Hartright que van a intentar deslindar una terrible conspiración tramada en perjuicio de la anulada protagonista Laura Fairley. Todo gira en torno de esta mujer, Laura Fairley, pero en definitiva ella es el personaje que menos activo se muestra durante la novela. Bien al contrario que el segundo personaje femenino de importancia de la obra, Marian Halcombe, la señorita Halcombe, que es profundamente activa y brilla como mano ejecutora de gran parte de las acciones que tejen la trama de la narración. Desgraciadamente, la señora Halcombe es bella pero fea, incluso varonil. Lo bueno del carácter de la señorita Halcombe resulta que es su decisión masculina, su valentía que la asemeja presuntamente a la de un hombre, y es por esto que el señor Wilkie Collins parece que incluso la masculiniza en su descripción física: “Al contemplar aquel semblante sobre aquellos hombros que un escultor hubiera ansiado por modelo, y al recrearse en la tenue gracia de sus gestos que reflejaban la belleza de sus miembros, para encontrarse luego con los rasgos y expresión varoniles que remataban aquel cuerpo perfecto, se experimentaba una extraña y desagradable sensación […]” Es tan extraña que yo ni siquiera me imagino a Marian Halcombe, que después se convierte en un personaje tan entrañable por su fortaleza y su valentía. En fin… el amor se lo llevará, por descontado, la protagonista absoluta Laura Fairley, me parece que en este sentido no desvelo ningún misterio.
La dama de blanco es una verdadera novela de intriga recreada a través de la reconstrucción de unos testimonios, como ya he mencionado, y con la construcción de un personaje que realiza todas las pesquisas que le son pertinentes a un detective en toda regla. Walter Hartright no se encuentra en el momento en que se urde la terrible conspiración pero no dejará un momento de descanso hasta conseguir deshacerla y dejar claro todo lo ocurrido. Cómo resulta fácil de imaginar, los buenos son muy buenos y los malos son muy malos, si bien las lecturas intermedias que apunta Wilkie Collins no tienen tampoco desperdicio. El curioso personaje del conde Fosco es sugestivo y seductor. Creo que es de los pocos personajes que he llegado a pensar que me gustaría conocer en la vida real. Vamos, que he pensado en la posibilidad de conocer una persona de esas características fuera del mundo de la ficción. Tremendo y curiosísimo este italiano “enormemente gordo”, que se acompaña de un loro, dos canarios, ratoncitos blancos enjaulados con los que conversa y que se encuentra casado con la oscura Madame Fosco . Creo que merece la pena leer la novela para conocer este personaje, bueno… y también para reseguir las indagaciones del abnegado Walter Hartright.
La narración de Wilkie Collins, el autor, sobre la feminidad es algo contradictorio en ocasiones pero, en mi opinión, ampliamente favorable sobre la reclamación de una clara liberación e independencia de la mujer desde el discurso del género. La obra fue publicada en 1860.
La dama de blanco es una unión de diferentes y diversos géneros: desde la narración más propiamente novelística de un personaje testimonio que explica aquello que presencia hasta la narración del dietario personal, pasando por las epístolas, la visión del diálogo como género dramático (destaca el momento en que la señorita Halcombe trepa y se esconde en el tejado de la mansión de Blackwater Park bajo la terrible lluvia para reproducir fielmente el diálogo que ha escuchado entre Sir Percival y el conde Fosco) , también se encuentra en la novela el discurso propio de los géneros retóricos del derecho, que Wilkie Collins debía conocer a la perfección ya que había estudiado Derecho antes de dedicarse de lleno al oficio de escritor. Se recrea un juicio y sus interrogatorios pertinentes. En este uso de la novela como pangénero hablan de la modernidad de la obra, así como de su innegable interés como creación literaria. Wilkie Collins trabajó en la búsqueda de formas narrativas renovadoras; se trata de un elemento creativo muy visible desde este planteamiento teórico.

17 julio 2009

...ya he leído: After Dark, de Haruki Murakami





Sinopsis


Cerca ya de medianoche, Mari, sentada sola a la mesa de un restaurante, se toma un café, fuma y lee. Un joven la interrumpe: es Takahashi, un músico al que ha visto una única vez, en una cita de su hermana Eri, modelo profesional. Ésta, mientras tanto, duerme en su habitación, sumida en un sueño profundo, "demasiado perfecto, demasiado puro". Mari ha perdido el último tren de vuelta a casa y piensa pasarse la noche leyendo en el restaurante; Takahashi se va a ensayar con su grupo, pero promete regresar antes del alba. Mari sufre una segunda interrupción: Kaoru, la encargada de un "hotel por horas", solicita su ayuda. Mari habla chino y una prostituta de esa nacionalidad ha sido brutalmente agredida por un cliente. Dan las doce. En la habitación donde Eri sigue sumida en una dulce inconsciencia, el televisor cobra vida y poco a poco empieza a distinguirse en la pantalla una imagen turbadora: una amplia sala amueblada con una única silla en la que está sentado un hombre vestido de negro. Lo más inquietante es que el televisor no está enchufado...


Comentario

Pues esta novela de Haruki Murakami, que el segunda que leo después de Tokio blues, no me ha gustado tanto desde la pespectiva emocional de la lectura pero me ha interesado desde su construcción novelística, aunque en realidad no creo que se trate de un ejercicio especialmente sobresaliente. El señor Murakami ha escrito sobre algunos personajes que pueblan la noche (más de una vez calificada como "espacio de tinieblas") que, sin saberlo, se cruzan entre ellos. La típica narración del cruce de caminos, esas vidas que se entrecuzan en las calles de las grandes urbes sin que las personas que las experimentan sean conscientes de cómo en un momento dado pueden influir en la vida de los demás. Sinceramente, esta expresión constructiva no me parece demasiado original y que la acción de la narración se situe en la noche japonesa tampoco me parece singular tratándose de Murakami, pero debo de reconocer que no conozco demasiado el funcionamiento de los barrios de ocio de las grandes ciudades niponas y que sí me ha interesado mucho la descripción y explicación del funcionamiento de un love hotel que recrea Murakami en el libro. Además, Kaoru, la encargada del love ho me parece un personaje muy bien trazado, de esos que sí se quedan un tiempo en la memoria de los lectores.
Las referencias musicales (After Dark se origina en la pieza musical Five Spot After Dark de Curtis Fuller) y literarias, en realidad casi todo el escenario referencial es de características muy europeas y norteamericanas. Jean-Luc Godard, por ejemplo, da nombre al love hotel donde se desarrolla gran parte de la historia: Alphaville
Lo mejor de After Dark es que se trata de una novela muy fácil de leer, la lectura és ágil y rápida y eso siempre hay que agradecéserlo a un buen escritor. La narración propone el encuentro algo dispar entre diferentes y diversos personajes, pero se trata de una única trama narrativa. Murakami además plantea algunos elementos desconcertantes durante la lectura, como el uso de las personas verbales. Parece que los lectores (somos más de uno??!!) formamos parte de una de las voces narrativas, la de primera persona del plural: "Captamos esta imagen desde las alturas, a través de los ojos de un ave nocturna que vuela muy alto" o "Nos encontramos en Denny's", no parece que se trate de una forma de impersonalidad sino más bien que formamos parte de una grabación y que ese "nosotros" se encuentra detrás del visor de la cámara por lo que vamos a decidir sobre su enfoque. Esta perspectiva narrativa se alterna con la frecuente óptica de la tercera persona del singular de un narrador testimonio que explica lo que sucede a los personajes que va encontrando a lo largo del relato. El diálogo es otra técnica que utiliza Murakami en la novela, los personajes principales conversan y conversan durante toda la noche e, incluso, para variar el ritmo de las conversaciones el escritor, en un momento muy concreto, se lleva la tipografía a la forma del estilo directo del diálogo teatral dónde destierra los guiones y da paso al nombre del personaje que habla y a los dos puntos.
Pero... Tokio blues era una novela que se quedaba entera en la memoria por la belleza de su escritura y el poder de su narración. Creo que esto no pasará con After Dark, que quiere proponer una análisis algo más hondo del momento sociohistórico en que sitúa la acción. Murakami reflexiona -muy por encima, creo- sobre el problema de las mafias y de la trata de mujeres; sin duda sobre el sistema judicial y el control que este ejerce sobre las personas; también considera la naturaleza de los barrios de ocio; pondera el estilo de trabajo japonés hasta altas horas inimaginables y la falta de vida familiar que este conlleva. Pero estas anotaciones de cierto interés sobre trances que tienen lugar en el mundo se entretejen de forma inquietante en ese ambiente perturbador del personaje durmiente de Eri Asai, que se encuentra en una habitación y se transfigura a través de un monitor televisivo.
Y es que After Dark es, curiosamente y sobretodo, una novela de hermanas. Una novela de relaciones familiares frustradas que se ven concretadas en las existencias dispares y asimétricas de dos hermanas, Eri Asai i Mari. La una necesita dormir y la otra no puede y decide evadirse en la "tiniebla" de la noche.
En mi lectura más íntima y personal, le he dado un significado concreto al momento final de la narración en el Mari se acerca físicamente a su hermana Eri. Después de la consiguiente la lectura sobre la muchacha que duerme y duerme y se ve reflejada en un monitor desconectado y se transfigura o no a la realidad, y sale o no de su habitación... En fin... entiendo que la cultura nipona tiene otra consideración de todo aquello mágico (que, además, tiene la sorprendente capacidad de traspasarse por los cables telemáticos!!) en lo que probablemente yo no me suelo identificar. Pero el encuentro de las hermanas para mí ha sido una imagen válida sobre la vivencia de la enfermedad de los otros; me refiero a cuándo alguien experimenta cómo otra persona se encuentra enferma (y/o postrada) y uno es quién hace compañía. En el libro, tan sólo se trata de un acercamiento entre dos personas que se encontraban distanciadas y seguro que el señor Murakami no pensó en esto que yo anoto cuando redactó su texto, pero bueno... esto es lo bueno de la literatura...